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Mostrando entradas de octubre, 2021

El oso en el baile de los guardabosques - Peter Hacks

 Era invierno. El oso iba resoplando por el bosque rumbo al baile de disfraces. Estaba con un humor excelente. Ya se había bebido un par de copas de coñac de osos, que está hecho con miel, vodka y muchas es­pecias bien picantes. El disfraz del oso era graciosí­simo: llevaba una chaqueta verde, un par de botas brillantes y una escopeta colgando del hombro: ya habrán adivinado ustedes que iba disfrazado de guar­dabosque. Entonces llegó caminando por la nieve un hom­bre que se acercó a él. Ese hombre también usaba chaqueta verde y botas brillantes y llevaba una esco­peta colgando del hombro. Ustedes ya habrán adivi­nado que este hombre era el guardabosque. El guardabosque dijo, con voz gruesa: —Buenas noches, mi amigo. ¿Usted también va al Baile de los Guardabosques? —¡Hrrmmm! —dijo el oso, con una voz tan pro­funda como la zanja que hay al borde del camino. —¡Oh, discúlpeme! —dijo el guardabosque, apabullado—. No sabía que usted era el guardabos­que en jefe. —Está bien, est

El arpa Mágica - Cuento Ruso

Lejos, más allá de los mares azules, de los abismos de fuego, en las tierras de la ilusión, rodeada de hermosos prados, se levantaba una ciudad gobernada por el Zar Umnaya Golova (el sabio) con su Zarina.  Indescriptible fue su alegría cuando les nació una hija, una encantadora Zarevna a quien pusieron por nombre Neotsienaya (la inapreciable) y aun más se alegraron cuando al cabo de un año tuvieron otra hija no menos encantadora a quien llamaron Zarevna Beztsienaya (la sin precio).  En su alegría, el Zar Umnaya Golova quiso celebrar tan fausto acontecimiento con festines en que comió y bebió y se regocijó hasta que vio satisfecho su corazón. Hizo servir a sus generales y cortesanos trescientos cubos de aguamiel para que brindasen y durante tres días corrieron arroyos de cerveza por todo su reino. Todo el que quería beber podía hacerlo en abundancia. Y cuando se acabaron los festines y regocijos, el Zar Umnaya Golova empezó a preocuparse, pensando en la mejor manera de criar y educar

Alejarse de todos - Ann Walsh

Las ratas vinieron la primera noche.  Ella había visto sus huellas en la cabaña al abrir la puerta con llave y, en un intento por ocultar su propia repugnancia, había persuadido a las niñas a que recogieran los excrementos y las matas de algodón arrancadas del sofá tapizado.  Antes de que, de acuerdo con las instrucciones de la señora de la inmobiliaria, hubiera activado las bombonas de butano, llenado el depósito que proveía de agua corriente con la bomba y tirado los dos platos llenos de veneno para ratas, las niñas habían concluido con su intento por barrer.  Estaba bastante limpia por el momento, pensó. Mañana barrería de nuevo, y limpiaría el suelo con una solución de blanqueadora fuerte. Extenuada por el largo viaje y la búsqueda de la cabaña retirada que había alquilado para el verano, arropó a las niñas con firmeza dentro de sus sacos de dormir en un dormitorio, se instaló en el otro, y cayó en un sopor profundo, sin sueños. Tendría que haberse dado cuenta, se dijo a la mañan