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Mostrando entradas de 2022

Almas cándidas - Horacio Quiroga

  Un matrimonio joven que vivía en el campo tuvo un perro inteli­gente, grande y bueno. Se llamaba León. Vigilaba la chacra próspera, arreaba los bueyes, era su grande amigo. Mucho le querían; y si a un pe­rro así no se quiere, ¿a quién se va a tener cariño en este mundo?  Cuan­do se enfermó, se miraron sin saber qué hacer. Dormía todo el día, se res­tregaba horas enteras contra el marco de las puertas. Una mañana Emi­lio le llamó y no pudo levantarse. Hizo un esfuerzo, alzó la cabeza a to­dos lados, desorientada, y la dejó caer gimiendo. Lo llevaron en seguida a la cocina. Aunque viéndole envejecer y acercarse a una muerte injusta para el noble amigo, estuvieron todo el día preocupados. Cuando de noche fueron a verle, estaba peor. Se acostaron callados, uno al lado del otro; no tenían ciertamente ganas de hablar. Después de largo rato de silencio ella le pre­guntó: -¿Es difícil curar a los perros, no? -Difícil. Todos los fieles recuerdos de León, a la muerte, surgieron entonce

Historia de Sencillo - Isidoro Blaisten

    Tiempo ha, cuando los hombres hablaban en latín, existía en el reino de Ovillar un sastre viudo que tenía tres hijos: Tofillo, Jafetillo y Sencillo.      Los tres se dedicaban a hilvanar recuerdos.      Venía un poderoso y les decía:      - Quiero que me hilvanen estos recuerdos para mañana.       Jafetillo y Tofillo se ponían uno de cada lado, tomaban el hilo del tiempo y lo estiraban cuan largo era, mientras Sencillo iba colgando los recuerdos.      Un día, el sastre viudo murió. Distraído, se había clavado la aguja en la vena cava.      No tuvo tiempo de nombrar al primogénito.           La lucha entre los hermanos no tardó en desencadenarse.      Jafetillo quería ahorcar a Sencillo, apretándole el cordel del tiempo alrededor de la garganta como lo hacen los tugs.       Tofillo trataba a toda costa de agarrarlo distraído para echarle un recuerdo venenoso en el café con leche.     Jafetillo y Tofillo no daban pie con bola. Sencillo, siempre en otra cosa, nunca estaba cuando ellos

La bola dorada de la oportunidad - Agatha Christie

Jorge Dundas se detuvo en plena ciudad de Londres con aire pensativo. A su alrededor, obreros y empleados iban y venían   en aquella marea   envolvente, pero Jorge, exquisitamente vestido, con los pantalones bien planchados, no les prestaba atención. Estaba muy ocupado pensando lo que debía hacer a continuación. iAlgo había ocurrido! Entre Jorge y su tío rico (Efrain Leadbetter, de la firma Leadbetter y Gilling) se habían cruzado unas «palabritas» como se dice vulgarmente. Para hablar con exactitud, las palabras habían sido pronunciadas casi únicamente por el señor Leadbetter. Habían brotado de sus labios como un torrente de amarga indignación, y el hecho de que fueran una repetición constante no parecía haberle preocupado. Decir algo bonito una vez y no repetirlo, era algo imposible para él. El tema fue bien sencillo... la tontería y la perversidad de un joven, que tiene que abrirse camino, y que se toma un día de asueto en plena semana, sin permiso de nadie. Cuando el señor Leadb

La vista fija - Alberto Chimal

     Érase una niña pequeñita y muy bonita, con chapas rojas rojas cual flores de rubor, vestidito rosa y bonito cabello rizado. Jugaba en un parque con su pelota y era muy feliz. Oyóse entonces un disparo, y la frente de la niña hizo ¡pop!, y una emisión hubo de sangre y sesos entremezclados que, flor también de rubor (aunque de otro, ¡ay, de otro rubor!), cayó en el pasto un segundo o dos antes que la propia niña.       De la pelota no se supo más, y yo creo que alguien se la robó. Debe haber sido fácil porque hasta la niña, que no se movía y de cuya frente seguía manando ese caldo rojo y tremebundo, llegó una mujer que pants que se quedó con la vista fija en ella; un señor de traje barato que también se quedó con la vista fija en ella; un par de muchachos, con uniforme y peinados de escuela militarizada, que también se quedaron con la vista fija en ella.      Y una anciana de coche con chofer, su chofer, un grupo de novicias, tres policías, un comerciante informal, un malabar