Entradas

Madre - Philip José Farmer

—Mira, madre. El reloj va al revés. Eddie Fetts señaló las manecillas del reloj de la sala de mando, siempre ajustado a la Hora Oficial del Centro, sin duda porque la mayor parte de la expedición creía que les recordaría su estado de origen, Illinois, siempre que lo mirasen. Cuando se viaja por el espacio, una hora es tan buena como cualquier otra. —El golpe debe haberlo alterado —dijo la doctora Paula Fetts. —¿Cómo ha podido ser? —No podría decírtelo. No lo sé todo, hijo. —¡Oh! —Bueno, no me mires con esa cara de decepción. Soy patólogo, no ingeniero electrónico. —No te enfades, madre. No puedo soportarlo. No ahora. Salió de la cabina. Y ella le siguió angustiada. Haber enterrado a la tripulación y a sus compañeros científicos había sido una prueba para él. La sangre siempre le había hecho sentirse enfermo y mareado; apenas pudo controlar sus manos lo suficiente como para ayudarla a recoger los huesos y las entrañas desperdigados. Él había querido echar los cadáveres