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Mostrando entradas de mayo, 2023

Rincón de la Poesía: Gebir - Walter Savage Landor

[FRAGMENTO]   Mujer de las tinieblas exteriores, demonio de la muerte, ¿En qué caverna inhumana, en qué abismo terrible,  has oído, invisible, tal hechizo? ¿Qué mano poderosa ha resucitado tu cadáver, Qué canto ha disuelto tu sudario, quién te ha abierto  esos ojos apagados, llenándolos de estrellas?  

Rincón de la Poesía: Infinito - Sivela Tanit

La olas salvajes surcan mi cielo, la sal amarga quema mis labios, nunca he pecado y mi alma es virgen. Gritan mis manos                     la desesperación de la soledad, desgarran mis oídos desollados caminos. Mis ojos se han desecho en miles de laberintos,                    para al final, buscar,                                             la luz del infinito.

Peligro para caminantes - Leonardo Valencia

Una tarde separados del resto de la familia no es mucho para darse una escapada por la ciudad, así lo entiende Elvina. Las vacaciones llegan a su fin y Massimiliano debe tener la sensación de que Roma se le desvanece una vez más entre las manos. Al menos de su mano derecha. Un guante de cuero negro cubre discretamente el muñón del antebrazo izquierdo.   —Te entiendo —dice Elvina, que ha asumido el defecto de su esposo desde el día que lo conoció—. Pero vamos a pasear sin los niños.   A las tres de la tarde ya están caminando a solas a lo largo del Tíber. El no deja de decirle lo bueno de haber regresado después de cinco años a visitar a su familia. Cuando Massimiliano estaba soltero solía visitar Roma cada dos años. Así no perdía el acento de su italiano, engordaba siete kilos que hacía desaparecer en dietas de dos meses, y sentía una satisfacción del deber cumplido con aquella familia a la que concebía como una felicidad permanente.    Eso había sido Roma para él. Así se la habían cre

El viaje circular - Rodolfo Walsh

     En diciembre de 1926 egresé del Politécnico de Mecánica de Hamburgo y cuatro meses más tarde entré como asistente del ingeniero jefe en las grandes usinas que proveen de energía eléctrica a la ciudad de Bremen. Recuerdo haber comprobado con asombro que mis estudios en la materia no me habían preparado para la visión casi fantástica que se me ofreció cuando franqueé la última puerta de acceso, para hacerme cargo de mis funciones: las grandes máquinas cuyos volantes giraban rápidamente, la blanquísima luz reflejada en los mosaicos y azulejos, la atmósfera cálida y el zumbido característico de las grandes centrales, todo me impresionó vivamente.        Von Braulitz, el ingeniero, era un hombrecito amable, de ojos muy azules y cabellos muy blancos. Algunas de las máquinas habían sido construidas bajo su dirección. Las describía con orgullo casi infantil, mientras me acompañaba en mi primera visita a la sala. Por una de ellas, sobre todo, profesaba un verdadero amor, una pasión casi e

Tango - Luisa Valenzuela

Me dijeron: En este salón te tenés que sentar cerca del mostrador, a la izquierda, no lejos de la caja registradora; tomate un vinito, no pidás algo más fuerte porque no se estila en las mujeres, no tomés cerveza porque la cerveza da ganas de hacer pis y el pis no es cosa de damas, se sabe del muchacho de este barrio que abandonó a su novia al verla salir del baño.    Yo creí que ella era puro espíritu, un hada, parece que alegó el muchacho. La novia quedó para vestir santos, frase que en este barrio todavía tiene connotaciones de soledad y soltería, algo muy mal visto. En la mujer, se entiende.    Me dijeron.   Yo ando sola y el resto de la semana no me importa pero los sábados me gusta estar acompañada y que me aprieten fuerte. Por eso bailo el tango.  Aprendí con gran dedicación y esfuerzo, con zapatos de taco alto y pollera ajustada, de tajo. Ahora hasta ando con los clásicos elásticos en la cartera, el equivalente a llevar siempre conmigo la raqueta si fuera tenista, pero men