La senda del eclipse - Zimorgh Arkhon


*Ama la libertad, pues libre se enriquece más el alma.
*Búscale fallos a los sistemas establecidos y rebélate ante ellos, pues de no hacerlo es como no querer mejorar uno mismo.
*Desestrésate provocando estrés, es como regresar la mala energía al ciclo de la vida.
*Expresa siempre tu opinión, educarás a unos y podrán educarte otros.
*No te quedes con la duda de nada, el conocimiento anticipado de las cosas da poder y entendimiento.
*Aceptar defectos propios es malo, pero no superarlos es peor.

JERARQUÍA DE PECADOS
10) No hacer un comentario sarcástico.
- El sarcasmo es una herramienta útil para el alma propia, usada adecuadamente, es similar a un bisturí.
9) No hacerle una maldad a aquellos que conoces.
- La gente siempre recuerda lo malo, cuando la maldad hecha es memorable, siempre serás recordado entre aquellos a quien estimas y conoces.
8) No expresar algo que te moleste.
- Todos tenemos almas turbulentas, expresar nuestras quejas es compartir esa turbulencia y hacer entender a los demás que no somos como el resto del ganado.
7) Dejar de buscar algo de leer.
- La lectura es uno de los alimentos más provechosos para el alma, dejar de leer es matar de hambre el alma.
6) Dejar que abusen de uno.
- No enfrentar el abuso es aceptar ser inferior
5) Mostrarse hipócrita ante alguien poco agradable.
- La hierba mala siempre se separa del trigo, el silencio y la indiferencia son útiles para alejar a los indeseables
4) Fallar en "percibir" el carácter de alguien.
- La gente muestra evidentes señales de la clase de personas que son, pasar por alto esas señales significa un fallo a nuestras capacidades de crítica y percepción espiritual.
3) No buscar nuevas formas de provocar rabietas a los conocidos.
- La innovación previene el fastidio
2) Obedecer órdenes.
- La rebeldía es parte fundamental de nuestras almas.
1) Aceptar estar encadenado.
- La pérdida de la libertad es como la perdida de la existencia.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El deseo - Roald Dahl

El ojo en el dedo - Raúl Avila

Se solicita sirvienta - Patricia Laurent Kullic