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Mostrando entradas de marzo, 2023

Jaque mate en dos jugadas - W. I. Eisen

Yo lo envenené. En dos horas quedaba liberado. Dejé a mi tío Néstor a las veintidós. Lo hice con alegría. Me ardían las mejillas. Me quemaban los labios. Luego me serené y eché a caminar tranquilamente por la avenida en dirección al puerto. Me sentía contento. Liberado. Hasta Guillermo resultaba socio beneficiario en el asunto. ¡Pobre Guillermo! ¡Tan tímido, tan mojigato! Era evidente que yo debía pensar y obrar por ambos. Siempre sucedió así. Desde el día en que nuestro tío nos llevó a su casa. Nos encontramos perdidos en el palacio. Era un lugar seco, sin amor. Únicamente el sonido metálico de las monedas. —Tenéis que acostumbraros al ahorro, a no malgastar. ¡Al fin y al cabo, algún día será vuestro! —bramaba. Y nos acostumbramos a esperarlo. Pero ese famoso y deseado día se postergaba, pese a que tío sufría del corazón. Y si de pequeños nos tiranizó, cuando crecimos colmó la medida. Guillermo se enamoró un buen día. A nuestro tío no le agradó la muchacha. No era lo que amb

Milagro - José Luis Zárate

       Dorian Gray presenció el terrible milagro. Él cambiaba día a día, convirtiéndose en un monstruo arrugado, con manchas hepáticas, dientes caídos, perdiendo todo el pelo y su retrato en la pared permanecía inalterable, feliz, siempre joven.

Crimen en la familia - Ameltax Mayfer

  I Diana Draper miraba por la ventanilla del tren, pero no veía más paisaje que el de su pensamiento. Hacía ya muchos meses que faltaba de su casa, aquella vieja quinta que había sido la delicia de su infancia, aquella vieja quinta que había sido azotada por la tragedia, aquella vieja quinta que había sido emponzoñada por la desconfianza y el rencor...  No la esperaban hasta el día siguiente, pero Diana había preferido anticipar su llegada, algo por dar una sorpresa a su padre y mucho por dar un sofocón a su madrastra. ¡Su padre y su madrastra! ¡Dios, qué escándalo fue aquél! Rafael Valdeduero, sentado casi frente a Diana, del otro lado del pasillo, volvía mecánicamente las hojas de un libro, pero no tenía ojos más que para ella. “¿Qué estará viendo esta chica en ese paisaje que no ve? ”, se preguntaba. “¡Y es guapa de veras!” Diana Draper volvió un instante la mirada y la detuvo fugazmente en su joven observador. “¡Vaya!”, se dijo. “Parece que he hecho una conquista.” Pero no l