Blog especializado en la literatura de género fantástico.
Aquí habitan los cuentos con temática de fantasía, horror, misterio y policíaco.
Deja que en tu vida entre el enigma de la lectura de lo asombroso, lo otro, lo oculto, lo que siempre acecha a un paso de tu hombro izquierdo, el escalofrío que percibiste con el rabillo del ojo... si te atreves.
Cuentos en la Oscuridad
Cuentos en la Oscuridad son historias que ahondan la profundidad del espíritu del ser humano, despertando el terror secreto oculto en nosotros y del cual no queremos darnos cuenta. Puedes disfrutar de los cuentos en el enlace (da click en la imagen) https://www.amazon.com.mx/Cuentos-Oscuridad-Horror-Personal-ebook/dp/B07G3J984M
Pedro y el Capitán - Mario Benedetti
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Usted me ofrece que viva como un muerto. Y antes que
eso prefiero morir como un vivo.
Bajo la palma de la mano, el niño notó la costra de una antigua cortadura que se había hecho en la rodilla. Se inclinó para observarla atentamente. Una costra siempre era algo fascinante; suponía un reto muy especial al que nunca podía resistirse. Sí, pensó; me la voy a arrancar aunque todavía no esté punto, aunque esté pegada por el centro y me duela muchísimo. Se puso a hurgar cuidadosamente en los bordes con una uña. La metió por debajo y cuando levantó la costra un poquito, se desprendió toda entera, dura y marrón, limpiamente, dejando un circulito de piel suave y roja muy curioso. Estupendo. Se frotó el círculo y no le dolió. Cogió la costra, se la puso en el muslo, le dio un golpecito que la hizo salir volando y aterrizar en el borde de la alfombra, aquella enorme alfombra roja, negra y amarilla que ocupaba todo el vestíbulo desde las escaleras en las que él estaba sentado hasta la lejana puerta. Era una alfombra gigantesca, más grande que la pista de tenis. Sí, mucho más gra
Una tarde llegó un anciano a un pueblo. Se veía fatigado y hambriento. Tocó en la puerta de una casa. – ¿Quién es? –respondió una niña. – ¡Soy yo! -dijo el anciano. –¿Quién es yo? – ¡Pues yo! ¿Quién más ha de ser? La niña pensó que era algún latoso. Pero como en ese momento estaba jugando a “la casita” con sus amigas, se imaginó que todo era parte del juego y abrió la puerta. –¿Qué quieres? –le dijo al viejito. –Quiero pan –contestó. –¿Y si no te dan? –Entonces quiero queso. –¿Y si te dan un hueso? –Lo acepto si está cubierto. –¿Con plata y oro? –Con carne y todo. Entonces la niña le dijo al señor que pasara. Éste si sabe jugar –pensó–. Ahora si nos vamos a divertir mucho. Así pues, lo llevó a donde estaban jugando a “la casita” y allí le dieron muchas cosas de comer. Se ve que el viejito tenía hambre, pues se comió treinta y dos pasteles, quince caldos, veinticinco empanadas, nueve platos de ensalada y dos gelatinas (es que no les habían salido muy buenas a las niñas). Además, cada ve
Si viene por el anuncio, pase. Las instrucciones están sobre la mesa. Kushner. Señor: Me llamo Regulema y leí su recado. Fui a la tienda con el dinero que estaba sobre la mesa. Le dejo una coliflor cocida y un caldito de pollo. Espero que le guste. Firma, Regulema. Regulema: Le doy la bienvenida. Disculpe usted que no lo haga personalmente pero soy un hombre enfermo. En el recado de ayer olvidé decirle que su horario será de diez a cuatro, pero si termina antes puede irse. Hay un cuarto en el fondo del pasillo que está bajo llave, no se preocupe en limpiarlo. Cada viernes dejaré su sueldo sobre esta misma mesa. Atentamente, Jonas Kushner. Señor Kushner: Compré veneno para ratas y un líquido para limpiar la vajilla del vitrinero. Mañana voy a ir a pagar los recibos de luz y agua que estaban amontonados en el buzón. No estaré por la mañana. Firma, Regulema Regulema: El caldo de ayer tenía especias. Le pido por favor que el pollo lo hierva en agua solamente. Lo que compró para lim
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