Safari a las Estrellas - Ernst Vlcek
El sol no había salido todavía, pero sobre el campamento pesaba ya un bochorno irresistible. Los gorgunianos fueron despertando, tomaron sus tambores y comenzaron el tam-tam que ya no cesaría hasta la noche. Argin Dallas se levantó bañado en sudor de su catre de campaña. Le habían despertado los tambores. No se encontraba del todo bien. La desacostumbrada comida del safari hacía que su estómago se rebelara, por lo que ahora, a primera hora de la mañana, tenía mal sabor de boca. Además, el calor le producía dolor de cabeza. Una ducha le proporcionó alivio, pero apenas se hubo puesto la ropa de caza, sudaba de nuevo. Dallas era un joven de veintiocho años, menudo y de aspecto débil, que iba algo encogido y llamaba la atención por la extraordinaria blancura de su piel, aunque la exposición al sol de los últimos días se la había enrojecido. Argin abandonó su tienda. Georg Rusk, el cazador, aguardaba ya en la pequeña explanada cubierta y fumaba su pipa de manera pausada. Cu...