El hombre hueco - Thomas Burke
Subió por una de las angostas callejas que arrancan del puerto y salió a una calle más ancha, al extremo de la cual brillaban alegres las luces de Londres. Al final de aquella calle se sumergió en las luces de Londres y, en ocasiones, también en sus sombras. En su marcha fue dejando el río cada vez más atrás y no se detuvo hasta llegar a un barrio pobre próximo al centro. Era la suya una figura alta y enjuta, embutida en un impermeable negro. Por debajo se veían los pantalones de un traje de faena color marrón. Un gorro acabado en pico ocultaba casi por completo su rostro; lo poco que quedaba a la vista era lívido y anguloso. En la bruma otoñal que llenaba tanto las calles iluminadas como las que no lo estaban parecía un espectro, y algunos de los transeúntes que se cruzaban con él volvían la cabeza para cerciorarse de que realmente habían visto un ser vivo. Incluso uno o dos se encogieron de hombros y se echaron a un lado como espantados de algo. Tenía largas las piernas, per...