Mr. Bergeret - Leopoldo Lugones
Quizá, propuso el célebre profesor, con cautela de quien se arriesga y no a formular una teoría, quizá la idea de Dios proviene de la invención del espejo.
Cuando el hombre pudo ver su imagen, comprendió la posibilidad de que existieran seres reales e incorpóreos a la vez. En suma, todo lo sobrenatural está ahí. Aquello explica el don de la ubicuidad, y hasta el misterio de la trinidad inclusive. En el espejo, soy simultáneamente uno y doble. Basta un sencillo bisel para transformarme en trino y uno.
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