Una esfera perfecta - Eduardo Vaquerizo
1 Una esfera perfecta, roja, trémula en la punta de mi dedo. Apenas un movimiento y caerá. Se apagaran las mil velas de la sala del trono, arderán las sillas de los regidores y el sol teñirá de fuego por última vez las cúpulas de la ciudad alta. Indiferentes, los pájaros sagrados gritarán al atardecer como han hecho siempre, como siempre seguirán haciendo. Esa esfera al borde del abismo, más allá de la velocidad, de las pasiones, de la vida. Una mañana escuché tumulto. Justo delante del puesto unos orgos oscuros, de músculos nudosos como raíces barnizadas, apartaban a la gente a empellones. Sin esfuerzo aparente transportaban un aparatoso palanquín ornado de cobre y plata que se bamboleaba debido a su paso vivo. Una niña de unos doce años, rapada según una condantía hereditaria y vestida con el ocre de la niñez, asomó desde detrás del terciopelo de la cortina y me miró de medio lado. Tan asombrado estaba que no pude moverme. Esa mirada... nunca había visto nad...