Siete horas - Dezohara Bollstadt
Tenía que tomar
un vuelo de siete horas, era una travesía larga, salía en la madrugada de mi
lugar de origen y llegaría al atardecer a ese nuevo lugar. Estaba emocionada,
era mi primer viaje tan largo. Había consultado con todos mis amigos sobre
consejos de viaje. La mayoría coincidía que durmiera, pero no me convencí, uno
de ellos me dijo que leyera. Cuando el avión ya estuviera en el cielo podría leer
una novela, pero no quería llevar más peso en mi maleta de mano, porque las
políticas de la línea aérea son rigurosas. Así que me recomendó un libro
electrónico.
Un par de días
antes de mi vuelo, busqué alguna novela electrónica, pero todas se me hacían muy
largas, hasta que ese amigo me recomendó leer artículos de revistas, comencé a
buscar algunos y me decidí por uno que tenía historias pequeñas, ligeras y cómicas.
El día de mi
viaje estaba emocionada, estaba atenta a todas las pequeñas instrucciones para
el abordaje, las maletas, el peso, el boleto, el pago extra, el asiento…
Luego de un poco
de estrés por toda la burocracia para poder viajar, estaba sentada en mi lugar.
Me dieron el asiento al lado de la ventana, cerca a la salida de emergencia. A mi
lado se sentó una pequeña anciana, su tamaño parecía el de una niña de 7 años,
me saludó muy formal y fueron todas las palabras que salieron de ella en todo
el viaje.
En el vuelo
comencé a leer la revista electrónica y encontré un cuento, no era tan largo,
tendría como 10 párrafos máximo, comencé a leer la primera línea: “Soplaba
el viento del Norte y de él fluía rojos y dorados los últimos días del otoño.”
Nunca he sido buena leyendo, pensé que tardaría 10 minutos,
pero no entendía nada, levantaba la vista, volvía a la línea, avanzaba, me daba
cuenta que seguía sin comprender. Leí el segundo párrafo, no era un autor para
mí.
¿Por qué seguí leyendo? Sí lo publicaron en una revista seguro
era bueno, repetí el párrafo.
¿Qué dijo?
Regresé, me harté, pasé al tercer párrafo.
¿Y si le hago como dicen en la escuela? Leí todo de corrido
sin pensar y luego lo leí con calma.
Pasé todos los párrafos y regresé… avancé: “Criaturas
Silvestres en la noche magnífica; y la pequeña Criatura Silvestre anheló tener
alma e ir a venerar a Dios.” y luego traté de comprender, no entendí.
¿Por qué leía eso?
¿Qué necia obstinación me llevó a seguir con algo que no
está escrito para mí?
No recuerdo tener nada en común con lo que se contaba. No entiendo
porqué seguí en aquello, no lo comprendo.
Seguí leyendo, llegué al final.
¿Qué me dejó?
¿Qué pasó?
Releí: “Y vinieron
por bandadas durante toda la noche hasta formar una gran multitud y se alejaron
danzando por sobre los marjales.” ¿Todo fue un baile? ¿fue un personaje interesante?
No entendí nada, pero eso no importa, porque el vuelo había concluido,
olvidaré lo que ha pasado.
Ahora estoy en espera de mi auto rentado y sé que cuando me pregunten
por el viaje, diré: me quedé dormida. No voy a reconocer que pasé siete horas
tratando de entender una historia.
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