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Mostrando las entradas etiquetadas como ensayo

Siete horas - Dezohara Bollstadt

Tenía que tomar un vuelo de siete horas, era una travesía larga, salía en la madrugada de mi lugar de origen y llegaría al atardecer a ese nuevo lugar. Estaba emocionada, era mi primer viaje tan largo. Había consultado con todos mis amigos sobre consejos de viaje. La mayoría coincidía que durmiera, pero no me convencí, uno de ellos me dijo que leyera. Cuando el avión ya estuviera en el cielo podría leer una novela, pero no quería llevar más peso en mi maleta de mano, porque las políticas de la línea aérea son rigurosas. Así que me recomendó un libro electrónico. Un par de días antes de mi vuelo, busqué alguna novela electrónica, pero todas se me hacían muy largas, hasta que ese amigo me recomendó leer artículos de revistas, comencé a buscar algunos y me decidí por uno que tenía historias pequeñas, ligeras y cómicas. El día de mi viaje estaba emocionada, estaba atenta a todas las pequeñas instrucciones para el abordaje, las maletas, el peso, el boleto, el pago extra, el asiento… L...

Infancia - Dezohara Bollstadt

 Siendo adulto uno tiene en su memoria muchos recuerdos y eventos que marcaron su infancia. Una de las primeras remembranzas son los juegos y los amigos, las aventuras y las travesuras. Siempre se queda en la memoria aquello que nos divertía y que sabemos, ahora de adultos, no regresarán. A veces, como padres, deseamos que nuestros hijos tengan una infancia más feliz que la nuestra y que se diviertan tanto como nosotros con las cosas que nos gustaban, pero como gente mayor, observamos que los niños son diferentes, porque han nacido bajo otras circunstancias familiares, económicas y sociopolíticas que influyen en su precepción del mundo. Yo disfrutaba mucho mojarme bajo el menor pretexto, a veces hasta cuando mamá regaba las plantas. También me gustaba mucho disfrazarme de héroe, mi favorito era el personaje de “El zorro”, me fascinaba usar una capa roja de estambre de mi mamá y  saltaba por la cama y los muebles, usando un práctico látigo imaginario y mis puños para vencer a l...

El vivo al gozo - Dezohara Bollstadt

Hoy asistí al funeral de un conocido, ni siquiera era amigo cercano, así, apartada del evento, pude observar el comportamiento de las personas. En principio el amigo que me avisó necesitaba de compañía y me “invitó”; en ese caso no me pude negar, porque me lo pidió: “Acompáñame”. Moví mis “principios” de amistad y fui con él, para esto debo decir que ODIO, con mayúsculas, ir a funerales y mucho menos asistir al entierro. Son eventos que no puedo sobrellevar. Cuando pasé por mi amigo a su casa, no le di el pésame, sólo lo abracé y nos fuimos al velatorio. El conocido era su primo, creció con él, eran casi de la misma edad. El primo se convirtió en difunto por quedarse dormido cuando conducía su auto. Mi amigo al que bautizaré Pablo, siempre se quejaba de su primo por ser necio y meterse en problemas, pero se divertía mucho con él, porque era “el alma de la fiesta”. La mamá de Pablo, lo detestaba, era una mala influencia para su hijo: vago, flojo, sin trabajo fijo y ella sabía qu...

Día de las madres - Dezohara Bollstadt

El día de las madres, desde mi perspectiva, es un día bastante hipócrita. Porque todo se hace con la intención de festejo por la madre, pero yo miro más allá, los 364 días restantes. Hace muchos años leí que una mujer amaba tanto a su madre, que cuando ésta murió, luchó porque se instaurara el día de las madres, su batalla fue ganada, los primeros años todo estuvo bien hasta que esta misma mujer se dio cuenta que ese día era muy comercial, las empresas se había adueñado de la festividad y vendían cientos de productos en nombre de la madre. Entonces ella sintió que su mamá volvía a morir y luchó para que se quitara, sin embargo, esa guerra sí la perdió. Los regalos para las madres, casi siempre eran electrodomésticos, por fortuna, a esa costumbre se le han añadido objetos personales: celulares, joyas, flores, vestidos, zapatos; o invitaciones a comer o paseos; por supuesto nunca faltan las “fiestas” para ella en su casa. Los electrodomésticos y las “celebraciones” caseras son los ...

Abejas - Dezohara Bollstadt

 Hace mucho tiempo tuve un día que he nombrado “De abejas” recuerdo trabajar en mi estudio, mientras me concentraba en mis clases on-line, escuchaba un zumbido en la ventana, no le presté atención, pensé que una mosca grande se había metido a la habitación y se golpeaba contra el vidrio. Por supuesto que se me hizo extraño que ninguno de mis tres gatos estuviera tratando de cazarla, siempre lo hacen, cualquier bicho, hormiga, araña, mosca, etc., siempre están al acecho. Mucho rato después vi de reojo que la "mosca" pasaba cerca de mi cabeza, la miré de fijo cuando se atravesó frente a la pantalla de la computadora y no vi una mosca, sino una abeja volando sobre mí, me sorprendió un poco, pensé en abrir completo el vidrio de la ventana para que solita se saliera, sin embargo, vuelvo la cara a la ventana y hay como diez abejas ¡por dentro! Fue el mayor susto de mi vida, sé manejar una abeja, ni caso hago, pero cuando vi que eran un puñado, me asusté. Lo primero que hice...

Nuevas reglas de física - Dezohara Bollstadt

Hace tiempo tenía un vecino al que calificaría de controlador. Hoy lo recordé por un evento singular. Este vecino a primera vista, era acomedido, amable y su eslogan era: “yo me llevo bien con todos”, por supuesto, quienes lo trataban únicamente en fiestas o de pasada, era el personaje más encantado de la historia, pero yo, que lo trataba diario, logré ver su “lado oscuro”. Era tan controlador que si te prestaba cosas tenías que usarlas de la manera como él dijera o se enojaba; si tomabas un DVD o CD por curioso, debías dejarlo en el orden alfabético que él tenía; al colgar la ropa los ganchos o pinzas debían estar a cinco cm. de distancia uno de otro; aparte de muchas otras cosas, tenía teorías que desafiaban la física. A mi directamente me dijo que el aceite se hundía en el agua. Lo cual me causaba un golpe a mi realidad, sobre todo por mis clases de ciencia donde estudiábamos la densidad y con mis propios ojitos vi que siempre flotaba el aceite sobre el agua. Un día, me vio en el pa...

Responsabilidad - Dezohara Bollstadt

Hace muchos años vi una película “The Craft”, que en español la titularon   “Jóvenes Brujas” lo que me gustó de ella es una cita que en ingles dice: “When you open a floodgate, how do you undo it? You unleash something with a spell. There is no undoing. It must run its course.” Pero en español hicieron la traducción: “La compuerta que abres no la puedes volver a cerrar, porque ¿Cómo detienes toda el agua que sale de ella?”. La idea en general habla sobre las acciones y la responsabilidad. Siempre he sido partidaria de asumir las consecuencias. Y he notado que no todos los que conozco pueden hacer eso, algunos tienen acciones y piensan que pueden ir por la vida sin recibir una repuesta, eso me asombra, lo inocente que las personas pueden ser, o lo ególatras, al pensar que eso no les pasa a ellos. Sea cual sea la acción realizada, hay una consecuencia. Aunque me gustaría diferenciar el concepto “consecuencia” de “justicia”. A veces, una persona que es observadora de eventos n...

Primera vez - Dezohara Bollstadt

 Desde siempre he sido una persona lectora, me gustan mucho los cuentos y las novelas de género fantástico, por ello, casi no alimenté el gusto por las películas. Sin embargo, ahora con las  plataformas de Streaming, puedo acceder a muchas de ellas. Y entonces hago una evaluación retrospectiva, antes me gustaba ir al cine, recuerdo que para ir al más cercano, debíamos salir de casa y trasladarnos por más de una hora. Conforme las salas del cine se fueron expandiendo, llegaron a las cercanías de mi casa. Una de mis hermanas nos llevaba al cine, a ella sí le gusta mucho ir. A pesar de mi contacto con la cinematografía, nunca me llamé cinéfila ni estuve en los estrenos y tampoco me interesaba informarme de los eventos de los actores. Lo mío eran los libros, sé de géneros, autores, el libro nuevo, clásico, etc., pero de cine, mi conocimiento era nulo. Mi poco interés me llevaba a desconocer los nombres de los actores, veía alguno que físicamente me gustaba pero no le seguía la pis...

Única edición - Dezohara Bollstadt

 Cuando estaba en la universidad vivía en una casa compartida con varias compañeras de cuarto, ahora conocidas bajo el suculento término de roommate. Una de ellas, de la que hablaré en particular,  en su imaginación estudiaba derecho, en realidad no iba a clases, sólo usaba el lugar como refugio porque su padre la invitó a salir de su casa, debido a su comportamiento irresponsable con la bebida, la vagancia y las fiestas. Su conducta no era diferente en la casa, la única ventaja es que no teníamos fiestas, porque la dueña del lugar las tenía prohibidas. Dentro de sus “virtudes” era coleccionar películas en formato DVD pirata, de las que son especiales, grabadas de cine. También conservaba entre sus pertenencias libros que “su papá le había dejado” entre esas benéficas donaciones tenía una edición común de “Cien años de Soledad” del escritor Gabriel García Márquez. El problema fue que yo estudiaba literatura latinoamericana y uno de los autores era García Márquez y en las libre...

Ensayo a mi madre - Sivela Tanit

Mi madre fue la mujer más maravillosa del mundo. Puedo comenzar así, pero yo sé que no es cierto, porque la madre de cada uno de nosotros fue la más maravillosa del mundo. Así que seré más realista y quiero aprovechar que tengo la capacidad de describir a mi madre en una sola palabra: aguantadora (para bien y para mal). Aguantó decepciones, dolores, partos, amenazas, miedos, pérdidas, a sus hijos, un matrimonio que torció su camino, un marido irresponsable, trabajar toda su vida, el amor de sus hijos, el amor de sus nietos, su cansancio, su vejez, sus enfermedades… el peso del mundo. Mi madre fue un enorme bloque, siempre de pie, firme y en sus momentos de flaqueza, (pues fue una persona muy sensible) sólo se rajaba ese bloque, a veces se le caían moronas y se convertían en guijarros que su enorme orgullo hacía a un lado, a veces, ese mismo orgullo recogía los guijarritos y los pegaba con saliva, de regreso a su gran monolítico bloque. A veces nos contaba sobre su infancia, y...