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Servir al Amo - Phillip K. Dick

Applequist tomó un atajo por un campo desierto, subió por un estrecho sendero que corría paralelo a la grieta bostezante de un precipicio, y entonces oyó la voz. Se paró en seco y empuñó la pistola. Escuchó durante largo rato pero sólo captó el lejano roce del viento entre los árboles truncados que bordeaban el risco, un murmullo que se confundía con el crujido de la hierba reseca bajo sus pies. La voz procedía del barranco, su fondo se veía enmarañado y lleno de desperdicios. Se acuclillo en el borde y trató de localizar la voz. No percibió ni un movimiento, nada que revelara el origen. Las piernas empezaron a dolerle. Las moscas zumbaron a su alrededor y se posaron en su frente sudorosa. El sol le producía dolor de cabeza. Las nubes de polvo habían sido bastante finas durante los meses pasados. Su reloj a prueba de radiaciones le informó de que eran las tres. Por fin, se encogió de hombros y se levantó con dificultades. A la mierda. Que envíen una patrulla armada. No era su problema....

La segunda variedad - Phillip K. Dick

El soldado ruso subía nervioso la ladera, con el fusil preparado. Miró a su alrededor, se lamió los secos labios. De vez en cuando se llevaba una enguantada mano al cuello y se enjugaba el sudor y se abría el cuello de la guerrera. Eric se volvió al cabo Leone. —¿Lo quieres tú? ¿O lo mato yo? —ajustó el punto de mira de modo que la cara del ruso quedase encuadrada en la lente cortada por las líneas del blanco. Leone lo pensó. El ruso estaba cerca, se movía con rapidez, casi corriendo. —No dispares. Espera. No creo que sea necesario. El ruso incremento su velocidad, pateando cenizas y montones de escombros a su paso. Llegó a la cima de la ladera y se detuvo, jadeando, y miró a su alrededor. Había un cielo plomizo de móviles nubes de partículas grises. Brotaban de tanto en tanto troncos de árboles; el suelo pelado y desnudo, lleno de desperdicios y de ruinas de edificios surgiendo de cuando en cuando como amarilleantes cráneos. El ruso estaba inquieto. Sabía que algo iba mal. Miró ...