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Rafael Bernal

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"Todos los avances tecnológicos, sin la especulación del espíritu, son completamente inútiles" "Casi 150 años de independencia y muy poco que enseñar como verdaderos logros" "El mar...estás siempre en el medio de la Rosa de los Vientos. Para donde pongas la proa, hay mar y luego tierra." "...le dijo una vez que sólo los salvajes anotaban en los márgenes de los libros. Él los había subrayado todos, porque para él los libros eran algo lleno de vida, no una cosa muerta entre dos pastas; eran amigos con los cuales discutir y estar en desacuerdo" "Lo que se ha vivido antes no se muere nunca; se queda como un metal fundido en el fondo del alma, donde brilla, alumbra y se agita" "Era un filósofo. Con esto quiero decir que era un hombre que explicaba sus entraños puntos de vista con razones aún mucho más extrañas"

Los niños y la literatura de horror - Ricardo Bernal

Sólo los niños conocen el horror Nunca olvidan que debajo de su piel está escondido un esqueleto NESTOR ZENER Pregúntale a cualquier niño acerca de los Olmecas o la Revolución Mexicana y seguramente habrá olvidado la lección; pregúntale acerca de Drácula, Frankenstein o el hombre lobo y te hablará, emocionado y sin titubear, de estos y otros monstruos. Y no es que una cosa sea mejor que otra, sino que lo no obligatorio, lo que estimula la imaginación de una manera interesante y entretenida es más fácil de guardar en la memoria. Nada como el horror para estimular la imaginación. A los ojos de los adultos es más práctico simplificar el mundo, las cosas son como son y en honor a la paz mental resulta preferible no cuestionarse acerca de la muerte, el dolor o el más allá. Para un niño esto no tiene por qué ser así forzosamente: el cristo malherido que cuelga en la recámara de mamá es terrible y monstruoso, al igual que la sonrosada cabezota de cerdo que descansa en la vitrina del...

Lucy y el Monstruo - Ricardo Bernal

Querido Monstruo: Ya no te tengo miedo. Mi papi dice que no existes y que no puedes llamar a tus amigos porque ellos tampoco existen. Cuando sea de noche voy a cerrar los ojos antes de apagar la luz del buró y voy a abrazar bien fuerte a mi osito Bonzo para que él tampoco tenga miedo. Si te oigo gruñir en el clóset pensaré que estoy dormida. No quiero gritar como siempre. No quiero que mi papi se despierte y me regañe. Ya sé que me quieres comer, pero como no existes nunca podrás hacerlo; aunque yo me pase los días pensando que a lo mejor esta noche sí sales del clóset, morado y horrible como en mis pesadillas… Mañana, cuando juegue con Hugo, le voy a decir que te maté y que te dejé enterrado en el jardín y que nunca más vas a salir de ahí. El se va a poner tan contento que me va a regalar su yoyo verde y me va a decir dónde escondió mis lagartijas (siempre ha dicho que tú te las comiste, pero eso no puede ser porque mi papi me dijo que no existes y mi papi nunca dice mentiras). ...