El Besuqueador - Elsa Bornemann
Le decían «El Besuqueador» o «El Besuquero». ¡Y bien merecido por cierto! Aquel muchacho tenía una costumbre rarísima. ¿Saben cuál? Pues besar a personajes famosos. Se lo pasaba viajando de un lado a otro, en compañía de su fotógrafa particular. Iba llevado —tan sólo— por su deseo de estampar sonoros besos en las mejillas de presidentes, actores, deportistas escritores, músicos, bailarines... A cuanto personaje muy conocido lograba acercarse... ¡CHUIC!... le daba un beso. Su fotógrafa particular apresaba aquel momento en su maquinita: ¡CLIC! ¡Qué feliz se sentía entonces «El Besuquero»! Tanto como cuando —ya de regreso en su casa— contemplaba su colección de fotografías que tapizaban todas las paredes de la vivienda. Ah... En cada una de ellas podía vérselo besando a algún famoso... (La mayoría de las veces el muchacho no salía muy favorecido que digamos; tales eran las contorsiones que debía hacer para dar sus «besos a la fuerza»... tantos eran los codazos...