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Mostrando las entradas etiquetadas como ladrón

Subir de categoría - Slawomir Mrozek

Nos reunimos para decidir cómo elevar el nivel de civilización de nuestro municipio. Dijo el alcalde: -Cualquier niño sabe por la televisión que en el mundo civilizado se cometen unos crímenes extranjeros muy elegantes. Y nosotros ¿qué? Es verdad que tenemos un ladrón local, pero ¿cómo compararlo con un delincuente gentleman? A lo sumo robará una gallina, va andrajoso, no tiene ni idea de inglés. Es una vergüenza mostrarlo, y ahora que se acerca la temporada alta y pueden venir turistas extranjeros, no podemos permitir que les robe un ladrón de tan poca categoría. Llamamos a nuestro ladrón y le dijimos lo siguiente: -Desde hoy quítate de la cabeza las gallinas. Sólo diamantes y papeles de valor. También tienes que cambiar la forma de vestir. Camisa blanca con corbata y traje cada día, y también un afeitado diario. Ni hablar de sorber la sopa, y a partir de mañana tomarás clases de inglés. Y él:  -¿Y cómo me las voy a arreglar? Las gallinas apenas me dan para vivir. -Todo irá a cue...

Anillo de humo - Silvina Ocampo

Recuerdo el primer día que viste a Gabriel Bruno. El caminaba por la calle vestido con su traje azul, de mecánico; simultáneamente, pasó un perro negro que al cruzar la calle, fue atropellado por un automóvil.  El perro, aullando porque estaba herido, corrió junto al paredón de la vieja quinta, para guarecerse. Gabriel lo ultimó a pedradas. Desdeñaste el dolor del perro para admirar la belleza de Gabriel. ¡Degenerado! exclamaron las personas que te acompañaban. Amaste su perfil y su pobreza. Una tarde de Navidad, en la quinta de tu abuela, repartieron en las caballerizas (donde ya no había caballos sino automóviles), ropa y juguetes para los niños del barrio.  Gabriel Bruno y una intempestiva lluvia aparecieron. Alguien dijo: Ese chico tiene quince años; no tiene edad para venir a esta fiesta. Es un sinvergüenza y, además, un ladrón. El padre por cinco centavos mató al panadero. Y él mató un perro herido, a pedradas. Gabriel tuvo que irse. Lo miraste hasta que desapareció baj...

De cómo Nuth habría practicado su arte contra los Gnolos - Lord Dunsany

Pese a las alusiones de firmas rivales, es probable que todos los comerciantes sepan que dentro de su profesión nadie goza actualmente de una posición igual a la del señor Nuth.  Para aquellos que se encuentran fuera del círculo mágico de los negocios, su nombre es apenas conocido; mas él no necesita anunciarse, está satisfecho. Está por encima incluso de la moderna competencia, y, cualesquiera que sean las pretensiones de las que se jacten, sus rivales lo saben.  Sus precios son moderados, ya sea al contado a la entrega del género, ya sea mediante chantaje después. Toma siempre en consideración la conveniencia de los demás.  Se puede contar con su experiencia; le he visto moverse más sigilosamente que una sombra en una noche ventosa, pues Nuth es un ladrón profesional. Se ha sabido de hombres que, sin abandonar sus casas de campo, han enviado comerciantes a negociar un tapiz, algún mueble o algún cuadro que habían visto en su tienda.  Eso es de mal gusto; mas aquell...

El hombre que vendía magia - Nicholas Stuart Gray

  Había una vez, no hace mucho tiempo, un hombre que estaba sentado tranquilamente jugando una partida de ajedrez con su hijo. La lluvia caía tras los ventanales del castillo. —Jaque —dijo el barón. —¡No! —le replicó el joven. —Ya lo creo que sí. —Oh, vaya... Y el juego siguió. Y también la lluvia. Pasado un rato: —Jaque mate —murmuró el barón. —¡No! —No hay duda posible. Su hijo consideró el tablero durante unos minutos, reprobatoriamente, y luego sacudió la hermosa cabeza y rió. —Tenía que haberlo visto venir —dijo. —Por supuesto, pero es que haces unos movimientos tan precipitados, hijo... Sacrificas tus piezas sin ningún propósito. Siempre es preferible pensar las cosas antes de hacerlas. Gavin asentía con la cabeza sin escuchar realmente. Miró la cortina de lluvia que caía tras las ventanas, suspiró, y cambió la posición de las piezas en el tablero. Los tres sabuesos que yacían inquietos junto al hogar bostezaron y se estiraron, y luego volvieron a deja...