La nueva temporada - Robert Bloch
Harry Hoaker esperaba entre bastidores cuando las luces se apagaron. La familiar melodía sonó en estéreo; a la izquierda del presentador se vio un anuncio que enmarcó en un halo dorado su alegre rostro de fuertes mandíbulas. El presentador era gordo, porque los gordos resultan graciosos. –Hola Harry –saludó el presentador. Alargó las sílabas finales de cada palabra, de manera que el saludo sonó más bien así: «¡Holaaa Harryyy!». Lo cual también resultó gracioso. Siguió el estridente sonido de trompetas que se fundió con los aplausos. La luz del proyector se desvió a la derecha y apareció Harry, que avanzó hasta el centro del escenario mientras los aplausos aumentaban fragorosamente. Aquélla solía resultarle la parte más difícil: esperar a que la oleada de sonidos se acallara hasta quedar allí en medio, de pie, en el expectante silencio. Aunque ya se había convertido en una cuestión de rutina, algo mecánico, automático. Harry desechó ese pensamiento, y miró al frente. Los focos, en ...