Día de las madres - Dezohara Bollstadt

El día de las madres, desde mi perspectiva, es un día bastante hipócrita. Porque todo se hace con la intención de festejo por la madre, pero yo miro más allá, los 364 días restantes.

Hace muchos años leí que una mujer amaba tanto a su madre, que cuando ésta murió, luchó porque se instaurara el día de las madres, su batalla fue ganada, los primeros años todo estuvo bien hasta que esta misma mujer se dio cuenta que ese día era muy comercial, las empresas se había adueñado de la festividad y vendían cientos de productos en nombre de la madre. Entonces ella sintió que su mamá volvía a morir y luchó para que se quitara, sin embargo, esa guerra sí la perdió.

Los regalos para las madres, casi siempre eran electrodomésticos, por fortuna, a esa costumbre se le han añadido objetos personales: celulares, joyas, flores, vestidos, zapatos; o invitaciones a comer o paseos; por supuesto nunca faltan las “fiestas” para ella en su casa.

Los electrodomésticos y las “celebraciones” caseras son los “presentes” que yo considero, más repulsivos, el primero porque no dejará de ser la “ama de casa” eterna y el segundo porque a veces se desvirtúa y termina en fiesta de borrachos, además es seguro que la mamá termine limpiado los restos de la fiesta al día siguiente. 

Ya han pasado algunos días de ese evento y es cuando me gusta reflexionar, ¿cambió la vida de esa mamá? ¿Sus hijos le ayudaran al quehacer el resto del año? ¿La invitaran a pasear (al menos) una vez al mes? ¿Le comprarán ropa, zapatos y no porque los necesite, sino por gusto? ¿Hay una acción significativa para que su pesada tarea de ser madre sea más ligera y soportable?

En mi país la figura de la madre tiene un peso psicológico muy fuerte, por supuesto, es sólo y exclusivo de la propia mamá, porque cualquier  otra mujer, sin importar si es madre o no, es infravalorada. No obstante, de ese poder psicológico materno, no siempre es bien tratado, sólo se le desempolva en una ocasión y vuelve al armario al día siguiente.

Y me encanta la parte del “yo no hago eso”, “yo respeto a mi mami”, “yo la ayudo”, “yo le doy dinero”, etc. El Yoísmo en acción, felicidades, si eso hace que se laven las culpas.

Para mí el día de las madres es un día para reflexionar.

Desearía que las mujeres que cada mujer sea respetada por todos, los 365 días del año,  que sus quehaceres del hogar sean repartidos entre todos los miembros de la familia, que no sean el exclusivo sostén económico de sus hogares, que tengan tiempo para ellas, que sean inteligentes y busquen otras metas en la vida aparte de tener hijos, quiero de todo corazón que pudieran educar a un nuevo tipo de ser humano que sea solidario, caritativo, filantrópico, altruista, compasivo…

Anhelo que las madres fueran mejor de lo que son para que la sociedad logre cambiar y convertirse en la mejor versión de sí misma.

Eso es parte de lo que pienso en el día festivo. Que las madres hicieran eso, sería sensacional. Entonces ya no habría necesidad de esperar ansiosamente el día de la madre, porque  construir a una o varias personas para que desarrollen la benevolencia de la humanidad, sería motivo para festejarlas todo el resto de su vida.

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