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Primer amor, primer temor - George Zebrowski

Hacía frío en el agua. El sol se ocultó detrás de unas nubes en el oeste y bajó la temperatura del aire; el cielo se tiñó de un azul más intenso, el mar se tornó más oscuro.  Tim caminaba por el agua, mientras contemplaba al disco anaranjado del sol entre las nubes agrupadas en el horizonte, un sol que ya no calentaba, un globo de cadmio rodando entre cenizas, otra señal de que por fin acababa el largo segundo verano de Lea. La estrella volvió a emerger de pronto, iluminando el cielo calentándole los hombros mojados. Tim miró la roca dentada que asomaba fuera del agua frente a él; estaba cubierta de relucientes algas verdes. Nadó hacia ella con renovadas energías. Su padre le había prohibido alejarse demasiado de la costa, pero nunca se enteraría. Había ido al astropuerto a cien millas de distancia sobre la costa para recoger a una pareja y su hija que iban a compartir su casa, y tardaría una semana en regresar. De pronto Tim tuvo miedo de las profundidades que se abrían debajo de ...

La Sirena - Ray Bradbury

  Allá afuera en el agua helada, lejos de la costa, esperábamos todas las noches la llegada de la niebla, y la niebla llegaba, y aceitábamos la maquinaria de bronce, y encendíamos los faros de niebla en lo alto de la torre. Como dos pájaros en el cielo gris, McDunn y yo lanzábamos el rayo de luz, rojo, luego blanco, luego rojo otra vez, que miraba a los barcos solitarios.  Y si ellos no veían nuestra luz, oían siempre nuestra voz, el grito alto y profundo de la sirena, que temblaba entre jirones de neblina y sobresaltaba y alejaba a las gaviotas como mazos de naipes arrojados al aire, y hacía crecer las olas y las cubría de espuma. —Es una vida solitaria, pero uno se acostumbra, ¿no es cierto? —preguntó McDunn. —Sí —dije—. Afortunadamente, es usted un buen conversador. —Bueno, mañana irás a tierra —agregó McDunn sonriendo— a bailar con las muchachas y tomar gin. —¿En qué piensa usted, McDunn, cuando lo dejo solo? —En los misterios del mar. McDunn encendió su pipa. Eran las sie...