El ligue - B. L. Keller
Booba Lawson, conocida como la Fabulosa Booba, deslizó sus encantadoras manos por sus costados, con la mirada hipnotizada por el espejo. Cuando saltó sobre sus pies, sus senos recién maduros brincaron alegremente bajo su camisa transparente. Sintiéndolo un poco, se puso el poncho; pero su momentáneo disgusto por el eclipse del encantador brinco quedó ahuyentado ante el fascinador riel juego de luces sobre los planos de su cara, al volver la cabeza a un lado y a otro. Sus ojos eran dos pozos gemelos coronados por unas cejas perfectamente curvas; ambas se unieron al creer detectar un barrillo en su barbilla. Inclinándose hacia delante, frunciendo sus suaves y carnosos labios, se ensimismó tanto en su repertorio de muecas que tuvo que redactar una nota de disculpa, con la caligrafía de su madre, por llegar tarde a la escuela. Satisfecha por la singular destreza de su falsificación, redactó también excusas para tres amigas que habían pasado el día como petrificadas en el aerop...