El puente - Slawomir Mrozek
A nuestro
pueblo llegó un experto de la capital con representantes del capital extranjero
para examinar la situación con vistas a las reformas y los créditos. Después de
mucho examinar, el experto me llamó para una consulta confidencial.
-Tenemos un pequeño problema. Los créditos en principio los darían, pero les
frena el oscurantismo de la población.
-¿Qué oscurantismo? Si todo el mundo mira la televisión e incluso se habla de
abrir un sex-shop.
-¿Y el puente?
-¿Qué puente?
-Tenéis un puente sobre el río, pero nadie lo utiliza. Vadeáis el río como unos
salvajes, aunque el puente está al lado. ¿Cómo van a daros créditos para el
desarrollo económico si ni siquiera sabéis cómo utilizar un simple puente?
-No es por oscurantismo, sino porque el puente fue construido durante el
comunismo y la gente no se fía.
-¿Y qué le pasa? ¿Le falta algo?
-No, no es eso. Se mueve un poco, es verdad, pero la gente no se fía por
principio.
-Eso sí que los capitalistas no lo comprenderán. Y usted, como presidente de la
comarca, ¿no podría convencer a la gente de que empezara a pasar por el puente?
-No me creerán, y lo único que sacaremos de ello es que me acusen de tener
simpatías procomunistas.
-Entonces no habrá créditos.
-A no ser que usted mismo dé ejemplo. Tiene usted coche oficial, de modo que no
arriesga nada. Cuando vean que el puente aguanta, en seguida empezarán a
utilizarlo. ¿Usted cree que vadear un río es un placer?
Dudó un poco, pero al fin aceptó. El cura anunció desde el púlpito que el
experto pasaría por el puente. Se congregó una gran multitud a ambas orillas
del río. Y todo hubiera ido bien si el experto no hubiese chocado con un carro
antes de llegar al puente. Lo llevaron al hospital comarcal.
Ahora tienen que mandar a otro experto. Pero de momento los capitalistas se
marcharon y nosotros seguimos sin créditos.
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