El cerebro rojo - Donald Wandrei
Al alcance de la mano yace la muerte tibia del universo. ¿Podría el frío intelecto subsistir, o...? Una tras otra, las pálidas estrellas que poblaban el firmamento titilaron cada vez más débilmente, hasta desaparecer. Una tras otra, aquellas luces llameantes se atenuaron y oscurecieron. Una tras otra se habían desvanecido para siempre, y en su lugar se formaron como enormes manchas de tinta que emborronaban inmensas áreas del cielo que en otro tiempo estuviera iluminado por las estrellas. Transcurrieron años; siglos enteros huyeron hacia el pasado; los milenios se acumularon hasta convertirse en millones, y también ellos se perdieron en el olvido de la Eternidad. La Tierra había desaparecido. El Sol se había enfriado y endurecido y se disolvió en el polvo de su tumba. Tanto el sistema solar como otros innumerables sistemas se desmenuzaron y desaparecieron, y sus fragmentos se convirtieron en nubes de polvo que fueron tragándose el universo entero. A lo largo de ...