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Mostrando las entradas etiquetadas como verano

Erlathdronion - Lord Dunsany

El que fuera Sultán en un lugar tan remoto de Oriente que sus dominios fueron  considerados fabulosos en Babilonia, cuyo nombre es hoy prototipo de lejanía en las  calles de Bagdad, cuya excelencia invocan por su nombre viajeros barbados a la caída  de la tarde con el fin de convocar oyentes a su recitación de cuentos, mientras se eleva  el humo del tabaco, suenan los dados y las tabernas rebosan de gente, estableció  también su mandato en esa misma ciudad y dijo: "Que sean conducidos hasta aquí  todos los sabios que puedan comparecer ante mí y regocijar mi corazón con su  sabiduría".    Los hombres se apresuraron y los clarines sonaron, y así fue como se presentaron al  sultán todos sus sabios. Y muchos fueron declarados no aptos. Mas de todos los que  fueron capaces de decir cosas aceptables, después de ser llamados Los Afortunados,  uno dijo que al sur de la Tierra había un País –coronado de loto, añadió– donde era  ver...

Una historia de las montañas Ragged - Edgar Allan Poe

   Durante el otoño del año 1827, cuando yo residía cerca de Charlottesville, Virginia, casualmente conocí al señor Augusto Bedloe. Este joven caballero era notable en todos los aspectos y despertó en mí profundo interés y curiosidad. Hallé imposible comprender sus relaciones, tanto morales como físicas. Nunca averigüe de dónde venía. Hasta en su edad, aunque le llamo joven gentleman, había algo que me asombraba en no pequeña medida.  Ciertamente parecía joven, y no dejaba de hablar de su juventud, pero había momentos en los cuales yo no habría tenido el menor reparo en imaginarlo de cien años de edad, pues nada había tan peculiar como su aspecto exterior.  Era singularmente alto y delgado bastante encorvado, y sus miembros resultaban excesivamente largos y enflaquecidos. Su frente, ancha y baja; su tez, del todo exangüe. La boca, grande y flexible, y sus dientes ferozmente desiguales, aunque sanos como yo jamás había visto en cabeza humana. Sin embargo, la expresión...

Rincón de la Poesía: Julio - James Kambos

 Soy la fuerza de la vida en su momento culminante. Soy el dador de todo lo que busca.  Mis días de maduración han llegado y te sustentaré durante el año que vendrá. Tú creíste en mí y cultivaste tus campos. Ahora, los cultivos están altos bajo la luz solar. Doy calor al maíz de tus campos. Silenciosamente, hincho las hortalizas.  Los hermosos días de la cosecha son míos. Perfumo el aire con lavanda y tomillo. Los brotes delicados de Mayo hace tiempo que desaparecieron; son un recuerdo, mientras canto la canción del verano.

El último verano - Amparo Dávila

Llevaba un vestido de gasa con volantes en el cuello y en las mangas; el pelo castaño oscuro, recogido hacia atrás con un moño de terciopelo negro, dejaba despejado un rostro joven de armoniosas facciones en el cual resaltaban los ojos sombreados por largas pestañas. No sólo irradiaba juventud y frescura aquella muchacha, sino una gran paz y felicidad.  Pero aquella muchacha hermosa, porque en verdad lo era, y tan bien arreglada y respirando tranquilidad por todos los poros, estaba dentro de un marco, colocado sobre el tocador, cerca del espejo. Así era a los diez y ocho años, antes de casarse. Pepe había querido que le diera un retrato como regalo de cumpleaños. Había salido muy bien, sí, realmente, y experimentó un inmenso dolor al comparar a la joven de la fotografía con la imagen que se reflejaba en el espejo, su propia imagen: la de una mujer madura, gruesa, con un rostro fatigado, marchito, donde empezaban a notarse las arrugas y el poco cuidado o más bien el descuido de toda...