Fiebre dental - José Jiménez Lozano
Cuando comenzó a hacerse las extracciones para ponerse una prótesis dentaria, comenzó a descubrir realmente cada rincón de la pequeña clínica. Para animarle, el doctor le mostró otras prótesis para personas mucho mas jóvenes que él, y le explicó cosas sobre ellas o sobre los modelos o impresiones y el mecanismo dentario. Vio un muestrario de dientes, y también las deterioradas piezas que habían estado en su boca hasta un momento antes. Le habló asimismo el doctor de las nuevas técnicas de implantación dentaria, le mostró radiografías de dientes y muelas, y un día le enseñó, además, una calavera con su dentadura perfecta y una sonrisa perfecta. -Como si se encontrara a gusto -dijo la enfermera. Y rieron. Pero fue precisamente ese día cuando comenzó a sentir algo raro allí: en el aire de aquella pequeña consulta tan aséptica, tan blanca, con el brillo tan intenso de los instrumentos quirúrgicos, en medio de aquella amabilidad y solicitud tan extremas. El doctor era un hombre de eda...