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La tenebrosa casa de los Oidores

  A mediados del siglo xvi , existía un edificio de dos pisos en el centro de la Nueva España, sobre la acera oriente de la actual calle de Bolívar. Su aspecto, frío y lúgubre, correspondía con sus funciones: era el albergue de los oidores, temidos funcionarios del Santo Oficio. Día con día, los oidores se reunían en este sitio para acordar los castigos que impondrían a los herejes, brujos y relapsos ( Que reincide en un pecado del que ya había hecho penitencia o en una herejía a la que había renunciado). Alrededor de la mesa, sus mentes enfermizas trabajaban sin parar, deseosos de imponer tortura a quienes profesaban una religión contraria a la católica, como los llamados “judaizantes”, o que practicaban métodos curativos que eran calificados invariablemente de “brujerías”. El Santo Oficio perseguía a cualquiera que “amenazara la fe”, incluyendo especialmente a aquéllos que habían logrado hacerse de fortuna y bienes, todo lo cual terminaba en manos del clero; ya fuera que el...

Los dos perros - Las mil y una noches

  Sabe, ¡oh señor de los reyes de los efrits! [ Efrit: astuto, sinónimo de genio] que estos dos perros son mis hermanos mayores y yo soy el tercero. Al morir nuestro padre nos dejó en herencia tres mil dinares.         Yo, con mi parte, abrí una tienda y me puse a vender y comprar. Uno de mis hermanos, comer­ciante también, se dedicó a viajar con las caravanas, y estuvo ausente un año. Cuando regresó no le quedaba nada de su herencia. Entonces le dije: "¡Oh hermano mío! ¿no te había aconsejado que no viajaras?"         Y echándose a llorar, me contestó: "Hermano, Alah, que es grande y poderoso, lo dispuso así. No pueden serme de provecho ya tus palabras, puesto que nada tengo ahora".        Le llevé conmigo a la tienda, lo acom­pañé luego al hammam   (baño público) y le regalé un magnífico traje de la mejor clase. Después nos sentamos a comer, y le dije: "Hermano, voy a ha...

Calentamiento Global - Dezohara Bollstadt

  El tema del medio ambiente es algo que siempre está rondando por mi cabeza, sobre todo el tema de la supervivencia, sin embargo, a las tres o cuatro personas que les he comentado sobre la fecha límite que dan los científicos sobre el punto sin retorno (2030) y que para el 2050 ya el mar se habrá incrementado dos metros sobre la tierra, además de un calentamiento de más de 7 grados al actual, disminución de la cantidad de agua potable, como elementos básicos, me encuentro ante la respuesta “ya para ese entonces estaremos muertos”. Yo no, ni mis sobrinos que apenas tienen una decena de años. Y pienso en ellos, en mis sobrinos que tienen que vivir las consecuencias del egoísmo del ser humano por acabar con los recursos naturales enarbolando la bandera del dinero. Y una de las personas que me lo dijo tiene nietos en gestación, para el 2050 sus nietos tendrán apenas 30 años. Es terrible observar la conformidad, la inconciencia, irresponsabilidad y estupidez, de los seres humanos...

Modelados en barro - Alicia Jiménez Barlett

  Lo más cerca que había estado Garzón de un modelo de alta costura fue el día que lució su traje de Primera Comunión. Mi caso no era muy diferente; claro que, al menos, yo conocía la existencia de pasarelas, diseñadores, colecciones de invierno y hasta había oído hablar de Yves Saint-Laurent. El subinspector, no. Lo de colección le sonaba a sellos, la pasarela a puente y a Saint-Laurent hubiera podido confundirlo con un mártir francés. Puede que fuera debido a ese obvio desconocimiento de la materia por lo que levantó ampollas nuestra designación. Todos los compañeros acusaron al comisario Coronas de injusticia: «¿Por qué ellos y nosotros no?» era la pregunta. Por una vez se morían de ganas de trabajar; en especial los jóvenes, todos unos esnobs que se gastan la pasta en zapatos italianos, y camisas de marca, y para quienes la palabra «diseñador» está muy por encima de cualquier otro quehacer. Supongo que es cosa de épocas, en realidad. En la mía el esnobismo era harapiento, con l...